Como bien lo han señalado los compañeros precedentes (Francelia, Ricardo y Marianne), evaluación es un proceso dinámico, continuo y sistemático, además reflexivo, participativo, integral, pertinente y concensuado; que forma parte a su vez del proceso educativo. Anteriormente se consideraba que sólo el docente estaba capacitado para evaluar objetivamente, pero el proceso ha ido evolucionado, y progresivamente se han incluido aspectos de interés que permiten al alumno (autoevaluación) a los compañeros (coevaluación) y al docente (inter y heteroevaluación) realizar un diagnóstico exhaustivo al iniciar el proceso educativo (limitado como curso) y al concluir el mismo. El docente debe indagar cualitativa y cuantitativamente sobre los cambios de conductas y rendimiento que observa en sus alumnos. La evaluación permitirá verificar los logros obtenidos en función de los objetivos planteados al inicio del proceso. Ello le permitirá reflexionar y realizar cambios, si se considera necesario.
La evaluación permite estimar el valor de algo, apreciar o calcular ese valor. Es una representación cuantitativa y cualitativa de esa estimación, que a su vez facilitará la comparación (entre el alumno o curso evaluado y los parámetros preestablecidos), y se tomarán las decisiones del caso. La evaluación de cuarta generación, de acuerdo a lo leído, sería, a mi entender, tanto lo planteado por Ricardo en cuanto al uso de las TIC como complemento de los conocimientos del docente y del estudiante; pero además trataría sobre la mayor participación “activa” de los alumnos en este proceso, así como la cooperación concebida dentro del constructivismo como aprendizaje colaborativo. Y debe ser concensuada, es decir, deben estar de acuerdo tanto el docente como los alumnos: el profesor propone un modelo de evaluación, porcentajes, etc., dentro de lo contemplado en la institución de que se trate, y los alumnos tienen derecho a proponer, siempre y cuando no contravenga las normas de la institución ni la práctica educativa.
Como lo señalan Martínez y Fernández (Portafolios Convencional y Portafolios Electrónico), la experiencia de evaluar va más allá de asignar una cantidad. La evaluación actualmente tiene relación “no sólo con las tareas académicas, sino con las posibles respuestas que el estudiante pueda crear basándose en su creatividad y en las características que lo distinguen”. En este sentido resalta la construcción de aprendizajes significativos por el propio estudiante, reflexionando sobre lo aprendido, los posibles errores cometidos, y asumiendo personalmente los resultados de su evaluación.
El proceso evaluativo debe ser objeto de constante retroalimentación, y de ello deben estar conscientes tanto el docente como los alumnos que han sido objeto de evaluación bajo determinados parámetros.
En este orden de ideas, resalta como instrumento de evaluación el portafolios, bien sea digital o convencional, pero en líneas generales cumplen el mismo objetivo, que tanto docentes como alumnos registren las tareas elaboradas, así como los problemas surgidos y las posibles soluciones encontradas y/o propuestas. Yo incluiría estos elementos dentro de lo que se conoce como evaluación de cuarta generación, ya que como lo señalé en mi participación anterior, recogería tanto los instrumentos y técnicas tradicionales de evaluación, e incluiría una mayor participación y conocimiento del alumnado, así como la comprensión de su aprendizaje y el uso de las TIC´s en el proceso educativo, siempre y cuando haya acceso para el uso de estas herramientas.
Totalmente de acuerdo con la evaluación a todos los “actores” que participan en el proceso educativo (docente – alumnos, alumnos – alumnos y alumnos – docente). Esto es fundamental en la llamada “evaluación de cuarta generación”, y se debe aplicar tanto en la enseñanza tradicional (sin el uso de las TIC´s) como en la enseñanza actual (presencial, semi presencial o a distancia, con el uso de las TIC´s). Las TIC´s servirán para complementar el proceso educativo, como herramienta para optimizarlo, bien utilizadas, con conocimientos tanto del docente como de los alumnos. El docente debe manejar las TIC´s para poder darle uso en el aula, y estar constantemente motivado a su actualización. Promover su uso y su aprovechamiento en todas aquellas actividades educativas que permitan su uso (comunicación entre integrantes de una clase, video conferencias, clases magistrales, tutoría electrónica, encuentros virtuales, foros en línea, chats sincrónicos y asincrónicos…) Para evaluar, el docente deberá conocer muy bien los objetivos planteados y “verificar” los conocimientos adquiridos por sus estudiantes, pero debe tener cuidado en no desviarse del centro a evaluar: los conocimientos en cuanto a la asignatura o área o tema de que se trate, no en cuanto al manejo perfecto o exacto que un aprendiz tenga respecto al uso de las TIC´s. Debe tener presente que son una “herramienta” para facilitar el proceso educativo, no un objetivo en sí mismo de evaluación.
Referencias bibliográficas:
Coll, Martín (2000). Constructivismo en el Aula. Edit. Laboratorio Educativo.
Rodríguez C. J. (s/f). Aplicación de las TIC a la Evaluación de Alumnos Universitarios.
EDUTEC. Las Nuevas Tecnologías para la Mejora Educativa, Introducción a los Recursos de Internet. Pérez P. R. Universidad de Oviedo.
Martín, P. Tipos de Evaluación en el Proceso Enseñanza – Aprendizaje. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
Florez O. R. Evaluación Pedagógica y Cognición. McGraw Hill.
Santos G. M. (1998) Evaluar es Comprender. Edit. Magisterio. Buenos Aires.
domingo, 6 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario